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CARTA ABIERTA

Esta carta fue escrita por la socióloga, autora y reconocida activista por la liberación de las mujeres Kathleen Barry, quien promovió la creación de este grupo y de la presente campaña.

LLAMADO A LA ACCIÓN

A la luz de las iniciativas de la ONU para promover la prostitución, solicitamos al Secretario General de la Organización de Naciones Unidas y el Alto Comisionado de Derechos Humanos a agendar audiencias de inmediato en las que se traten los daños que acarrea la prostitución, tomando en cuenta especialmente el testimonio de sobrevivientes de prostitución con la intención de establecer que la prostitución en sí misma (no solo el tráfico de personas que ya es ilegal) es una violación de los Derechos Humanos de la persona comprada, y por ende, un acto criminal por parte del comprador/cliente.

Por favor, envía un email al Secretario General de las Naciones Unidas y el Alto Comisionado en Derechos Humanos (teléfono, dirección y mail al final de este documento) y hazles saber que la normalización de la prostitución es la normalización de la violencia contra las mujeres, pidiéndoles que escuchen con urgencia las voces de las sobrevivientes de la prostitución que casi exclusivamente bregan por la criminalización de la demanda de prostitución, que es el cliente (modelo nórdico), con programas de apoyo para las mujeres compradas.

También te rogamos que te involucres en la campaña internacional para gestionar ante las Naciones Unidas la adopción del modelo nórdico y te opongas a todo intento de legalizar la prostitución: por favor contáctanos para recibir más información.

Y también nos interesa mucho tu opinión:

Kathleen Barry unmakingwar@gmail.com

Kat Pinder kat.pinder@hotmail.com

Para: Mis Hermanas Feministas
De: Kathleen Barry, Noviembre, 2013
www.kathleenbarry.net
Esta carta comenzó como una carta para las sobrevivientes de la prostitución, el movimiento feminista y el movimiento anti-tráfico para decir que aquí estoy de nuevo, que recuperé mi salud aunque la edad sigue intentando tomarla y, lo más importante, que he vuelto al lugar donde dejé todo al final de los años 90 – el trabajo para lograr que la prostitución sea conocida como una violación universal a los Derechos Humanos y reconocida como una forma de explotación sexual y violencia contra las mujeres.
Me encuentro a mi regreso, con una nueva generación de feministas radicales que están en todas partes del mundo y que, en lugar de intentar inventar nuevamente el feminismo descartando lo que pasó antes, leen nuestro trabajo, nos dan cabida en su activismo mientras van marcando su propio curso. Veo este proceso con excitación y sorpresa y veo un futuro para el feminismo radical que va más allá de lo que mis propios horizontes puedan mostrar y que ellas, las feministas radicales y sobrevivientes de la prostitución se ayudan unas a otras, todas HAVING A STAKE en la abolición de la prostitución.
Abolir la prostitución. Antes de que terminara esta carta, justo esta mañana, recibí, como muchas de uds también lo habrán hecho, la carta de la ONU AIDS informando que tanto ellos, como la OMS y UNPF están prontos para convertir a la ONU en una zona de promoción global de la prostitución, para minar los enfoques abolicionistas del modelo Nórdico que criminaliza a los que compran prostitutas, para ignorar las experiencias de las sobrevivientes de la prostitución y para basar toda su política en promover la prostitución para las trabajadoras sexuales. (Ver el final de este trabajo y una lista de a quiénes contactar en la ONU).
A la luz de esta nueva iniciativa de la ONU, transformo mi carta de un anuncio a un LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN PARA DETENER A LAS NACIONES UNIDAS EN SU PROMOCIÓN DE LA PROSTITUCIÓN Y RECONOCER QUE COMPRAR A UN SER HUMANO PARA USAR SEXUALMENTE ES UNA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. Para poder sentar las bases de la acción global y urgente que necesitamos, quiero aclarar algunas confusiones que han minado y comprometido al movimiento feminista y su movimiento abolicionista en lo concerniente a la prostitución.

Abolición. ¿De qué? En muchos lugares, particularmente en EEUU, eso quiere decir la abolición del tráfico sexual. Bien. El tráfico sexual global y local es ilegal y debemos presionar para que esas leyes se cumplan. Esto es tan indiscutiblemente correcto que aun la mayoría de aquellos en el lobby del trabajo sexual apoyan esta postura (ver la carta de ONU AIDS a continuación) . El problema aparece cuando muchas feministas tratan de estirar el tráfico sexual para que también refiera a la fuerza que está implícita en el intercambio de la prostitución. El énfasis actual en el tráfico sexual como la fuente del daño de la prostitución deja a las mujeres prostituidas teniendo que demostrar que son/han sido forzadas, a cada momento, de cada manera, lo cual pone toda la carga sobre los hombros de la sobreviviente. La fuerza no es el árbitro final en otros delitos de violencia sexual como el abuso conyugal o la violación en una cita. ¿Por qué algunas feministas y el movimiento anti tráfico obliga a las mujeres prostituidas a cumplir con un estándar diferente? Mantener una categoría para aquellas mujeres en prostitución separada de todas las otras mujeres atacadas sexual y fìsicamente por hombres mantiene su marginalización aún si la intención es apoyarlas.

Vengo arguyendo desde 1979 (Female Sexual Slavery – Esclavitud sexual femenina) que cambiemos el enfoque de nuestra estrategia desde cómo las mujeres llegan a la prostitución hacia los hombres que las compran para ello. Eso es lo que se logra, en la ley y en la realidad con el Modelo Nórdico ya adoptado por varios países. Para ello, debemos rechazar la falsa distinción entre prostitución“forzada” (traficada, controlada por proxeneta) y “libre”, ahora conocida como “trabajo sexual”. Y abandonar la insistencia en que las sobrevivientes demuestren que fueron forzadas a entrar en la prostitución y luego forzadas a permanecer en ella.

No olvidemos que el tráfico sexual es uno de los medios por el que mujeres, niños y niñas llegan a las áreas donde serán prostituidas. Y que en modo alguno sirve para brindar un panorama total de todo lo que implica la prostitución. Muchas ONGs han enfocado sus energías en hacer campañas contra el tráfico sexual sin atender a la prostitución en sí. Algunas confinan sus esfuerzos exclusivamente al tráfico sexual infantil, como si las mujeres adultas no estuvieran siendo violadas cuando son traficadas. Otras se enfocan en niños, niñas y adultas en países del Tercer Mundo, particularmente aquellas en condiciones de extrema pobreza, un ámbito preferido para el “reclutamiento” por parte de los traficantes.

A menudo, este abordaje se enmarca en lo que llamo “enfoque misionero”, lástima por el “otro”: esos pobres niños, esas mujeres y niñas pobres del Tercer Mundo. El “enfoque misionero” de Europa y EE.UU como bienhechores, ofrece benevolencia paternalista (me hace acordar a Nicholas Kristoff del periódico New York Times y sus arriesgados rescates de niños en burdeles) cuando lo que hace falta es empatía y recursos igualitarios.

¿Estoy siendo muy dura? El enfoque “misionario” siempre ha visto al pobre como a un “otro”, aquellos que no son como el resto de nosotros porque son negros o asiáticos o hispanos, porque viven en el Tercer Mundo, porque son niños y porque como “otro” merecen lástima y programas. Lo peor del enfoque misionario es que saben lo que le conviene a aquellos en situación de pobreza e infortunio. Al fortalecerse a través del feminismo y el movimiento anti-tráfico, donde se ataca el tráfico sexual pero se deja peligrosamente sin tocar el tema de la prostitución, dejan las puertas abiertas para el lobby del trabajo sexual que han ganado efectivamente la batalla por esta nueva política de UN AIDS para despenalizar la prostitución.

Las feministas siempre lo han sabido, reconocemos que la violación y subordinación de las mujeres por parte de los hombres debido a su poder y privilegio, plagada de misoginia y odio no se circunscribe a clase, raza, país, región del mundo o grupo de gente alguno. Hace mucho tiempo, las feministas descubrimos que las mujeres que son violadas, discriminadas, llevadas a la pobreza por padres ausentes, todas experimentan los horrores de estas situaciones. La cultura, el Estado, la clase económica pueden crear variaciones en la generalidad de las experiencias de subordinación de las mujeres, pero no cambian el hecho de que una mujer violada en un parque en Nueva Yor es tan violada como una mujer violada en el Congo.

Así como hay una generalidad de las experiencias de dominación masculina que sufren las mujeres, también son globales y generales los Derecho Humanos, que abarcan a todas las personas. Los Derechos Humanos son aplicables a todas las personas, no pueden ser bifurcados dividiendo seres humanos en diferentes grupos, aquellas personas que son dañadas por una misma acción – en este caso, la prostitución – y aquellas que no lo son. Es por eso que elegí concentrar mi trabajo a partir de principios de los 80 en la prostitución y los Derechos Humanos a nivel global (Ver Prostitution of Sexuality – Prostitución de la Sexualidad – , 1995)

Desde la discriminación a la violencia sexual, del matrimonio a la prostitución, el abuso a las mujeres abarca todas las categorías humanas y eso incluye a la prostitución. En ese sentido, las feministas están alineadas con lo que los DD.HH. son o deberían ser de acuerdo a cómo se articulan en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

En la última década, comenzando por Suecia y extendiéndose a muchos países alrededor del mundo, el “Modelo Nórdico” ha aliviado la carga de las mujeres en la prostitución haciendo a los compradores responsables por el delito de comprar prostitución y ofreciendo programas de apoyo para ayudar a las mujeres recuperar su salud, trabajo viable y su dignidad. El modelo Nórdico no se refiere al tráfico para justificar la ley, sino a la prostitución en general. Esta iniciativa por parte de UN AIDS, de prosperar, deshará los avances que ofrece el modelo Nórdico, legalizando TODOS los aspectos del intercambio de la prostitución legales. LA ONU quedará en una posición en la que asegura a los hombres la disponibilidad de mujeres para comprar y usar.

Prostitución es comprar a cualquier ser humano para usar su cuerpo sexualmente, siendo “sexo” cualquier cosa que el comprador tenga en mente, desde las peores formas de violencia, a la depravación del sexo pornográfico, a la imitación de un encuentro amoroso con un ser humano que es mejor que una muñeca pornográfica solamente porque puede hacerla reaccionar en la forma que el cliente exija. En este intercambio, para el comprador, ella es solamente un objeto privado de humanidad, que es, de hecho, un bien como un nuevo neumático para su coche. Por esto la prostitución es una violación de los Derechos Humanos. Ningún ser humano debería ser tratado de esta forma jamás.

Por lo tanto, la PROSTITUCIÓN ES LA BASE DE LA SUBORDINACIÓN DE LAS MUJERES Y DE LA DISCRIMINACIÓN MUNDIAL CONTRA LAS MUJERES. Fomenta la violencia sexual que es lo que los compradores compran. Es una fuerza de trabajo de reserva que permite que la economía no deba emplear adecuadamente a todas las mujeres que buscan trabajo remunerado. En los países en desarrollo la prostitución como fuerza laboral de reserva alimenta con los cuerpos de las mujeres al tráfico dado que el trabajo remunerado es insuficiente para las mujeres en sus países de origen. La prostitución estructura a las familias en eso que las esposas, amantes y compañeras no son, de ese modo ahondando la separación de las mujeres en las categorías de esposa y puta, poniendo a unas contra otras en formas que protegen la dominación masculina en la familia así como en las calles y burdeles. La lista es interminable, así como lo es la dominación masculina y el patriarcado. Nos basamos en el reconocimiento de que las mujeres son una clase y por ende lo que afecta a las mujeres en prostitución afecta a todas las mujeres. Por ello, reconocer que la prostitución es una violación universal de los Derechos Humanos es afirmar el derecho a la dignidad humana en todas sus acepciones…sea elegida o forzada, sea con traficantes o proxenetas, o sea autoimpuesta por las mismas mujeres.

En la Convención Contra la Explotación Sexual de enero 1994 (Apéndice a Prostitution of Sexuality – La Prostitución de la Sexualidad) hemos identificado la explotación sexual como una violación de los DD.HH.:

La explotación sexual es una práctica mediante la cual una persona (o varias) logran gratificación sexual, o beneficio económico a través del abuso de la sexualidad de otra persona abrogando el derecho de esa persona a la dignidad, igualdad, autonomía y bienestar físico y mental.

Allí es donde abandoné cuando debí retirarme en los 90. Esa convención puede o no ser lo que exigimos hoy, pero es un comienzo para pensar sobre la prostitución y los Derechos Humanos. Es un esfuerzo para romper la división patriarcal entre el abuso sexual de las mujeres en la prostitución y todas las otras mujeres, y establece las leyes sobre derechos Humanos que apoyan la criminalización de los compradores de prostitución en cada estado (de EEUU).

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